viernes, 29 marzo, 2024

Gobernador Mario Das Neves

Das Neves había asumido la gobernación por tercera vez el 10 de diciembre de 2015 y tenía mandato hasta el 2019. En 2015 y en plena campaña electoral le detectaron una enfermedad oncológica (cáncer de colon) pese a lo cual continuó adelante y se impuso en los comicios. Pese a que en algún momento se notó recuperado en los últimos tiempos su salud se fue deteriorando pese a lo cual siguió ejerciendo sus funciones.

En algún momento -y acaso por largo tiempo- se ilusionó con su proyección nacional. Pero finalmente no se dio y Mario Das Neves, aún cuando jugó un rol relevante en la cambiante “liga de gobernadores” del justicialismo, dejó su huella en sus tres períodos al frente de Chubut, la provincia que tuvo como adopción y por la que se entregó. El cáncer -que le venía persiguiendo desde hacía casi dos décadas y contra el que también batalló incansablemente- al final le causó su muerte, muy sentida en todos los ámbitos políticos.

Hijo de inmigrantes portugueses (Dionisio y Felicidad), Mario das Neves nació el 27 de abril de 1951 y Avellaneda fue el distrito de su infancia. Tenía apenas seis años cuando la familia se trasladó a Chubut. “Mis abuelos eran de Algarve, ellos decidieron venir a la Argentina. Aquí, mi padre manejó dos talleres de elásticos, uno en Berazategui y el otro en Wilde. Una vez viajó al sur con un cliente, se detuvieron en Trelew… y mi padre señaló: este es mi lugar. Proyectó toda la mudanza nos mandó a buscar y desde entonces puso su negocio allí”.

Las inquietudes políticas de Mario Das Neves se notaron desde adolescente, militó en la Juventud Peronista y también cursó estudios de Derecho en la UBA, pero se alejó en aquellos tenebrosos momentos del 76, posteriores al golpe. Vivió algún tiempo en Rosario y regresó a la Patagonia, para administrar los negocios de su padre. Recién comenzó como funcionario público a los 36, convocado como secretario de desarrollo social en la intendencia de Trelew y, posteriormente, como secretario del gobernador Néstor Perl. Fue candidato del peronismo a la intendencia de esa ciudad en 1991, perdiendo en segunda vuelta. Cuatro años más tarde, asumió la presidencia del PJ provincial y fue electo diputado nacional -renovó en 1999- y en aquel período tenía como compañera de bancada a Cristina Kirchner con quien, a lo largo del tiempo, mantendría una relación ambivalente: cercanía y varias disputas.

Cuando Adolfo Rodríguez Saá asumió la que sería su efímera presidencia, designó a Das Neves como Director General de Aduanas, un cargo en el que Duhalde lo confirmó pocos días después. No sucedió lo mismo con Néstor Kirchner, en mayo de 2003. “Apenas asumió, Kirchner me echó. Y después fue a Chubut para levantarle la mano al candidato radical”, lamentó.

Pero en ese mismo 2003, Mario Das Neves se postuló a la gobernación y ganó con el 45% de los votos, quebrando dos décadas de hegemonía radical en su provincia. Fue reelecto en 2007 con un récord del 74%. Más allá de los avatares políticos de la época, recibió elogios por su gestión en obras públicas y una mejoría en índices de salud. También buscaba la “inserción internacional” de Chubut (llevó a convocar al rugbier Agustín Pichot para que le ayudara), aunque le quedó como una tarea pendiente.

El segundo período de Das Neves coincidió con el primero de Cristina Kirchner en la presidencia, marcado casi desde el comienzo por el conflicto con el campo. Y Das Neves fue uno de los pocos gobernadores justicialistas muy críticos con el rumbo nacional. “Visualicé que había mucha soberbia, una actitud de confrontación y nada de diálogo. Eso empieza cuando se pierde el contacto con la gente. Yo le dije a Néstor Kirchner que él debió ser presidente por cuatro años más”, afirmó en una entrevista con El Cronista Comercial. También sostuvo que “hay centralismo, me duele la situación en la que quedó el país después de la pelea con el campo y que el Gobierno haya dilapidado tanto capital político”.

Denunció discriminación por parte del kirchnerismo:“Desde enero de 2009 no me giran fondos para ninguna obra pública, pese a los acuerdos. No me transfieren para vivienda, obras de saneamiento, cuestiones que tuvimos que afrontar nosotros. Salvo lo que es coparticipación y regalías, es decir las transferencias automáticas, los demás fondos están congelados desde hace quince meses”.

Das Neves aparecía en el lote de “peronistas críticos” con ambiciones presidenciales, pero finalmente terminó como candidato a vice, en la fórmula encabezada por Eduardo Duhalde y que muy poco pudo hacer ante el abrumador 54% que cosechó Cristina para su reelección en 2011.

Ese mismo año, su candidato a la sucesión como gobernador, Martín Buzzi, derrotó al candidato kirchnerista Carlos Eliceche en Chubut. Pero, sorpresivamente y a los pocos días, su delfín Buzzi se alineó con los K, causando la ruptura con Das Neves. Este, para el 2013 y con la estructura del Partido Acción Chubutense, se tomó el desquite en las legislativas, cosechando más del 52% de los votos. Volvió a ser electo diputado nacional y, en el 2015, a pesar de afrontar un nuevo tratamiento oncológico por varios meses, se lanzó a la nueva campaña por la gobernación con el frente Chubut Somos Todos y derrotó a Buzzi por apenas 1.500 votos.

Fue una campaña muy dura, donde inclusive Buzzi -aludiendo a la delicada salud de Das Neves y a su tratamiento oncológico- llegó a llamarlo “desaparecido”. “Cuando uno sufre esta enfermedad, se cambia la escala de valores. Por ejemplo, había cosas por la que antes me hacía problema y ahora comprendía que no valen la pena. Apenas terminó uno de mis tratamientos, arranqué con la campaña a la gobernación”, contaba.

Tuvo que dejar de lado el cigarrillo y se hicieron menos frecuentes sus viajes a Buenos Aires, o alguna escapada para ver a San Lorenzo, el equipo del que siempre fue hincha. A nivel nacional, en los últimos años había respaldado a Sergio Massa y su Frente Renovador, que tuvo así en Chubut uno de sus principales puntales. Los últimos tiempos fueron los más difíciles, con varias internaciones y licencias.

Especialmente en estas semanas. Tuvo que delegar el gobierno, intentó votar en las legislativas del 22, pero los médicos no le autorizaron. El cáncer, al que había combatido y eludido, esta vez no perdonó. Murió ayer, a los 66 años.

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