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Comodoro Rivadavia

El progresista Arévalo se impuso en balotaje y será el nuevo presidente de Guatemala

En los últimos meses, el candidato fue blanco de una persecución por parte del Ministerio público, que intentó proscribir al partido Semilla para evitar que compitiera por la presidencia.

Fue la gran sorpresa en primera vuelta y lo volvió a hacer en la votación final de las elecciones presidenciales de Guatemala.

Bernardo Arévalo, el aspirante progresista que rompe con la tendencia conservadora de los últimos gobiernos y que se presentó como “el candidato anticorrupción” que dejará atrás la clase política tradicional, ganó este domingo holgadamente los comicios con el 58% de los votos.

Su rival, la ex primera dama Sandra Torres, se quedó a las puertas de la presidencia por tercera vez consecutiva con el 37% como candidata de la UNE, una formación creada como socialdemócrata pero que giró a un notable conservadurismo y que representaba el continuismo del gobierno actual.

Miles de personas salieron a las calles a celebrar los resultados, hartas por las múltiples denuncias de corrupción en el Estado, y que aseguran ver en Arévalo una esperanza de cambio respecto a los últimos años de deterioro institucional y mayor autoritarismo desde el gobierno guatemalteco.

En la recta final de la campaña, Torres había puesto en duda la limpieza del ballottage, al afirmar que había extranjeros y partidarios de Arévalo en el sistema de cómputo del Tribunal Supremo Electoral (TSE). La exesposa del expresidente Álvaro Colom Caballeros compitió por tercera vez por la presidencia, tras perder en los ballottages de 2015 y 2019 frente a Jimmy Morales y el actual mandatario, Alejandro Giammattei, respectivamente.

La magistrada del TSE, Blanca Alfaro, anunció durante la jornada electoral que estaba considerando seriamente presentar su dimisión el próximo martes, tras denunciar amenazas previas contra ella, el magistrado Gabriel Aguilera y sus respectivas familias. Según informó el New York Times, el año pasado Alfaro denunció ante responsables de la Embajada de Estados Unidos que ella y el resto de miembros del pleno habían recibido sobornos del presidente saliente Giammattei desde finales de 2021. “No renuncié antes porque era el momento de cumplir con el país y terminar esta elección”, subrayó la magistrada ante los medios y dijo que consideraba someterse a cualquier juicio “como una ciudadana común y corriente”.
La pugna con la Fiscalía

Desde la primera vuelta en junio pasado, el Ministerio Público guatemalteco intentó detener la candidatura de Arévalo por un supuesto caso de firmas falsas. Sin embargo, a los abogados de Semilla no les permitieron acceder a los archivos con las supuestas pruebas, al tiempo que las acusaciones fueron cada vez más contradictorias e interpretadas como pretensiones de impedir que llegue al poder.

La situación provocó la visita del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, para verificar el panorama electoral. Esa entidad condenó a lo largo de estos meses la “persecución política” contra Semilla, mientras que Estados Unidos subió progresivamente el tono y llegó a señalar que lo que ocurre en Guatemala es propio de las dictaduras. Además, la cúpula del Ministerio Público está sancionada por la Casa Blanca por corrupción. Pese a ello, el fiscal Rafael Curruchiche afirmó esta semana que no descarta allanamientos, arrestos o levantamiento de fueros a integrantes del partido, incluido Arévalo.

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