Una ecuatoriana de 76 años había sido declarada muerta tras sufrir un paro cardiorrespiratorio. Tras cinco horas de velatorio en una casa fúnebre, empezó súbitamente a respirar y generó conmoción entre sus familiares.
En un suceso que ha dejado perpleja a la comunidad médica y a la opinión pública, Bella Montoya, una mujer de 76 años, fue declarada muerta prematuramente en el Hospital Martín Icaza de la localidad costera de Babahoyo. Sin embargo, momentos después, se descubrió que la anciana seguía con vida en su ataúd abierto, respirando con dificultad y recibiendo asistencia de dos hombres.
Su hijo, Gilbert Balberán, contó que la mujer “golpeaba la caja” con la mano izquierda y que “la mano le latía”. El último viernes había gestionado la donación del cajón por falta de dinero.
Por qué fue dada por muerta
El viernes Montoya fue declarada fallecida en el sanatorio público Martín Icaza de la localidad costera de Babahoyo (suroeste).
Montoya ingresó a ese hospital “con diagnóstico presuntivo de accidente cerebro vascular y tuvo un paro cardiorrespiratorio sin responder a las maniobras de reanimación, por lo que el médico de turno confirmó su deceso”, admitió el Ministerio de Salud en un comunicado.
“Poco a poco voy asimilando lo que pasó. Ahora solo pido que la salud de mi madre mejore. La quiero con vida y a mi lado”, señaló Balberán, quien había visto a la mujer el domingo en el área de terapia intensiva.
La cartera sanitaria añadió que “para analizar este caso a profundidad” conformó un Comité Técnico Nacional y que “iniciará una auditoría médica para establecer responsabilidades ante la supuesta confirmación de la muerte”.
La anciana, quien habría sufrido una catalepsia según medios locales, permanece intubada y con diagnóstico reservado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital, apuntó el ministerio, añadiendo que “supervisará” la atención a la paciente