La dura derrota ante Fluminense en el Maracaná dejó al descubierto, como nunca antes en el ciclo de Martín Demichelis, la vulnerabilidad que tiene River en su última línea.
En Núñez prendan velas para que Paulo Díaz se recupere milagrosamente de la distensión en el isquiotibial izquierdo, a pesar de que la presencia del chileno en el superclásico es una chance muy remota porque se sigue entrenando en forma diferenciada más allá de que van a esperarlo hasta último momento.
En ese contexto, Enzo Díaz asoma como la alternativa más factible para formar la dupla central contra Boca junto a González Pirez, aunque el ex Talleres ya cumplió con esa función y no mostró la solidez ni el oficio que tiene cuando jugó en su puesto natural de lateral izquierdo.
Ubicar a Díaz en esa posición, implicaría otro movimiento delicado en el fondo del que el cuerpo técnico tomó nota: que el lateral derecho sea Herrera, a horas de haber sido desbordado por todos lados en Brasil.
Con muchos minutos desde el triunfo ante Independiente para acá, Mammana fue un parche pese a dejar en evidencia que su nivel y su estado de forma no son los que lo llevaron a ser insustituible para Gallardo.
Todo esto mientras David Martínez continúa con su larga rehabilitación de la cirugía en el tendón rotuliano de la rodilla derecha.