El golpe se lanzó a la medianoche, cuatro misiles cayeron sobre un centro de despliegue temporal del ejército de Rusia, en una localidad ocupada en la región oriental de Donetsk.
El Ministerio de Defensa de Rusia reconoció hoy la muerte de 63 militares rusos a consecuencia del impacto de un misil ucraniano contra un cuartel del Ejército ruso ubicado en la localidad de Makíivka de la región ucraniana de Donetsk, anexionada por Moscú en septiembre pasado.
El ataque tuvo lugar la noche del 31 de diciembre, pero las imágenes no se hicieron públicas hasta el 2 de enero. Muestra las ruinas de un edificio de varias plantas, un antiguo instituto técnico de la ciudad de Makéyevka, en la parte de Ucrania ocupada por el ejército ruso. El edificio ha sido completamente arrasado. El ejército ucraniano reivindicó el ataque y afirmó que el edificio albergaba a varios centenares de soldados rusos, todos ellos recién reclutados.
El misil alcanzó un edificio de Makiivka, donde se cree que estaban estacionadas los soldados rusos estaban celebrando el Año Nuevo.
Sin embargo, la cifra de 400 muertos que informaron las Fuerzas Armadas de Kiev aún no fue verificada y, si bien las autoridades prorrusas en esa región ucraniana reconocieron la existencia de víctimas, no confirmaron las brindadas por Kiev, informó la cadena de noticias BBC.
Horas después del ataque en Makiivka, el gobernador regional de la capital ucraniana, Oleksiy Kuleba, declaró que un ataque con drones y misiles tuvo como objetivo infraestructuras clave.
El ejército de Kiev alertó de los últimos ataques poco después de la medianoche de hoy.
Rusia lleva varios meses atacando las infraestructuras energéticas de Ucrania, destruyendo centrales eléctricas y sumiendo a millones de personas en la oscuridad durante el gélido invierno del país.
El mando ucraniano, por su parte, informó sobre este ataque en su cuenta de Facebook, al señalar que “Papá Noel empacó 400 cadáveres de cerdos rusos”, además de más de 300 heridos.