Olaf Scholz declaró en el marco de la cumbre del G20 en Indonesia que tarde o temprano Rusia tendrá que aceptar que retirar sus tropas de Ucrania es la única salida.
”Al final tendrá que llegar el momento en el que Rusia reconozca y acepte que tiene que salir de esta situación y una de las exigencias es la retirada de las tropas”, dijo Scholz en una comparecencia ante la prensa.
Agregó que “esta es la base para poder lograr una situación en la que se pueda negociar la paz, una paz que no puede ser dictada desde la perspectiva rusa, porque ni Ucrania ni la comunidad internacional la aceptarían”, dijo.
En este sentido, se mostró partidario de mantener el diálogo con el presidente ruso, Vladímir Putin, como ha hecho durante los últimos meses.
”Considero que es lo correcto que haya un diálogo constante en el que también discutamos precisamente los temas que vemos de manera diferente”, dijo, y recordó que ya antes, así como durante la guerra, ha mantenido conversaciones no sólo con el presidente ucraniano, sino también con el jefe del Kremlin.
Scholz se refirió asimismo al borrador de acuerdo del G20 en el que, subrayó, se deja claro que “esta guerra de agresión es inaceptable”, que se debe hacer todo lo posible por contrarrestar el impacto que tiene para el resto del mundo, y que “el uso de armas nucleares queda fuera de cualquier discusión. Ese es el consenso que poco a poco se está imponiendo aquí”, celebró el canciller.
En la primera jornada de la cumbre de líderes hubo un aumento de la presión de la mayoría de países miembros contra Rusia por su invasión de Ucrania, pero también gestos de concordia por todas las partes que marcan un cambio frente a los desplantes de los últimos meses.
Rusia estuvo representada en la cumbre por el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, debido a que el presidente Vladímir Putin eludió el encuentro presumiblemente para evitar una imagen de aislamiento total en este foro y ser la diana de un aluvión de críticas.
Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido o Japón fueron algunos de los países más contundentes en contra de Moscú en sus intervenciones en la primera sesión de la cumbre, acusándole de emplear los alimentos y la energía como arma de guerra o de atentar contra la estabilidad económica global, e instándole a poner fin al conflicto.
Todos ellos han promovido una declaración conjunta que se espera que sea aprobada el miércoles, y en la que la mayor parte del club de los Veinte condenará con firmeza la invasión rusa de Ucrania y denunciará sus devastadoras consecuencias a nivel humano y también económico.