Josep María Bartomeu renunció esta semana a Barcelona junto a toda su comisión directiva en medio de un conflicto con el plantel, que rechazó, en un mayoría, un recorte salarial que le pide el club “culé”, debido a las pérdidas que sufrió por la pandemia del coronavirus.
La cuentas no dan y según afirman medios catalanes, antes del próximo jueves tiene que haber una baja de 190 millones de euros de los sueldos de los futbolistas o en caso contrario, el conjunto catalán podría entrar en un concurso de acreedores.
La negociación entre los abogados del club y de los jugadores realizada en el día de ayer, es el primer paso para lograrlo.
Los dirigidos por Ronald Koeman, en principio se niegan a este ajuste sobre el 30 por ciento del su salario, que debería modificarse antes del próximo 5 de noviembre.
Carles Tusquets, presidente de la Junta gestora, ya se expresó al respecto “nuestra principal preocupación es económica. La pandemia está afectando especialmente al Barcelona. El club depende del turismo y ahora no hay. Tenemos que recoger las ideas de la anterior junta para remediar los males que nos afectan”.
La realidad es que Lionel Messi y sus compañeros están hartos de que cada vez que pasa algo, se acuda a ellos para achicar sus salarios o que se haya traído refuerzos por cifras impactantes, en un club con estos problemas financieros.