viernes, 29 marzo, 2024

Cifras alarmantes en el consumo de alcohol y drogas en los jóvenes argentinos,según informe del SEDRONAR

El consumo de drogas ilícitas es una de las principales preocupaciones en todo el mundo. Tanto en adolescentes como en personas adultas, se trata de una problemática que afecta sin distinción de edad, sexo o posición económica. Sin embargo, en el primer grupo es una problemática que preocupa cada vez más, ya que las cifras se incrementan y afectan cada día a más personas,

La Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR) publicó un informe que resume el consumo de alcohol y drogas ilícitas en personas de 12 a 65 años en toda la Argentina.
El trabajo, que encuestó a 20.658 personas de entre 12 y 65 años, representantes de una población total de 18.960.593 personas, arrojó datos alarmantes en torno a la situación de consumo de drogas y alcohol en todo el país. Los resultados se pueden comparar con un estudio de las mismas características realizado en 2010, lo cual simplifica la dimensión de la información.

Alcohol

Los resultados más importantes del estudio arrojan, en primer lugar, que ha aumentado el consumo de sustancias ilícitas y abuso de alcohol en la población de entre 12 y 17 años. Los resultados son preocupantes: el 50% de los menores encuestados probó alcohol en el último mes, lo cual representa a 82.453 niños y adolescentes.

Marihuana

En aquel momento, alrededor de 1 de cada 100 niños y adolescentes había consumido marihuana en el último mes. Con respecto al informe 2017, se puede ver que el consumo ha crecido. Actualmente, 3 de cada 100 niños y adolescentes lo hacen, de los cuales más de 9.800 son dependientes de esta droga. Otro de los datos a destacar en este aspecto es que se ha duplicado la cantidad de niños y adolescentes que considera que no es riesgoso fumar alguna vez.
El producto químico intoxicante de la marihuana es tetrahydracannabinol o THC. Esta sustancia llega a la sangre a través de los pulmones, ya que los cigarrillos y pipas son una de las formas de consumo.

El uso de esta droga puede provocar una serie de efectos, tanto a corto como a largo plazo.

Los efectos inmediatos del consumo de la marihuana incluyen aumento de la frecuencia cardíaca -taquicardia-, desorientación y falta de coordinación física. Es muy común, además, que las personas manifiesten depresión o somnolencia, luego de haber fumado o ingerido marihuana. La ansiedad y los ataques de pánico también se pueden presentar como efectos del consumo de esta droga.

Cocaína

Por otro lado, se triplicó el consumo de cocaína de “alguna vez en la vida” entre ese grupo etario. Esta droga se puede consumir de diversas maneras: se puede fumar, inhalar o inyectar. En pocos segundos comienza a afectar el cerebro y a manifestar los primeros efectos en el organismo. Las pupilas se dilatan como efecto secundario de los incrementos de la serotonina en el cerebro. El ritmo cardíaco y la presión sanguínea se incrementan, al tiempo que los vasos sanguíneos se contraen -lo cual causa una sensación de calidez-.

El uso crónico puede provocar lesiones en las partes internas de la nariz -cuando se consume a través de la inhalación-, al igual que sangrado u obstrucciones de los canales nasales. Si se fuma puede irritar los pulmones y, en ciertos casos, causar daño permanente en este órgano. La reducción de la habilidad del cuerpo para acumular grasa y del apetito de la persona también son consecuencias posibles del consumo de esta droga por tiempo prolongado.
Éxtasis

El análisis realizado con respecto al consumo de éxtasis también arrojó resultados que preocupan. Por un lado, aumentó un 200% entre las personas de 12 y 17 años; por otro lado, mientras que en 2010 comenzaba a los 16 años, actualmente el inicio del consumo es a los 14 y medio.

El éxtasis o MDMA es una sustancia psicoactiva psicodisléptica -o perturbadora-, un tipo de sustancias que generan modificaciones de la actividad del encéfalo y provoca alteraciones perceptivas y del estado del ánimo.
Esta sustancia genera un estado de ánimo expansivo y eufórico, así como también provoca un aumento de la autoconfianza y del ego, hiperactivación, alucinaciones, alteración en la percepción del tiempo y sensaciones de paz y confianza con los demás.

La aceleración del ritmo cardíaco y de la respiración también son consecuencia directa del consumo de esta sustancia, al igual que la reducción de las sensaciones de hambre, sed y cansancio físico.

El éxtasis es uno de los tipos de alucinógeno más extendidos; junto con la marihuana y la cocaína se constituye como una de las drogas ilegales más consumidas. El aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión que provoca pueden ser perjudiciales para la salud, ya que pueden ser causa de lesiones y hemorragias severas, sobre todo en casos de sobredosis.

El éxtasis, además, puede causar un aumento en la temperatura corporal, síntoma que además se ve agravado por el aumento de la energía física que provoca la sustancia. Esta hipertermia puede generar fiebre, convulsiones e incluso la muerte, siendo una de las causas más frecuentes de deceso debido a esta droga. Por último, también puede inducir alucinaciones visuales, confusión y un miedo intenso, con características paranoides.

Por otro lado, se ha observado que, a largo plazo, el consumo de éxtasis puede provocar daño neuronal permanente. Asimismo, se lo ha vinculado a alteraciones de sueño o alucinaciones intermitentes.

Por último, es importante considerar que los datos obtenidos a partir de este estudio son de gran utilidad para el desarrollo del Plan Nacional de Reducción de la Demanda de Drogas que, según señala el informe, “ha sido consensuado con los Gobiernos Provinciales, Organizaciones de la Sociedad Civil y el Ámbito Académico”.

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